La cocina en forma de "L" es uno de los diseños más populares en proyectos de interiores, ya que combina funcionalidad y eficiencia tanto en espacios grandes como pequeños. Este tipo de distribución aprovecha dos paredes contiguas, creando un área que facilita el movimiento y hace que el ambiente se sienta más armonioso.
Sin embargo, al momento de diseñar una cocina, pueden surgir algunas dudas, como cuál es el mejor lugar para instalar los gabinetes, qué medidas considerar, cómo decorar o incluso cómo sacarle el mayor provecho al espacio de forma inteligente.
Pensando en ayudarte, en este artículo vamos a explorar las mejores formas de organizar y decorar una cocina en "L", para que puedas aprovechar todo su potencial al máximo. ¡Sigue leyendo!
¿Cómo es una cocina en forma de L?

La cocina en forma de “L” es un modelo que utiliza dos paredes contiguas, formando una “L” en la distribución final entre gabinetes, encimeras y electrodomésticos. Esta configuración crea un espacio abierto, permitiendo un movimiento fluido entre las áreas de preparación, cocción y limpieza. Así, se puede optimizar el uso del espacio y hacerlo más funcional.
Pero este diseño no destaca solo por su eficiencia: también tiene la capacidad de adaptarse a diferentes tipos de espacios, desde los más pequeños hasta los más amplios. Por eso, es ideal para quienes buscan un ambiente práctico y también funciona muy bien si lo que se quiere es ganar más espacio en la cocina.
Ventajas de la cocina en L
Una cocina en forma de L ofrece muchas ventajas, como el aprovechamiento del espacio, facilidad para moverse por el área y una buena capacidad de almacenamiento.
Gabinetes y repisas, por ejemplo, se pueden utilizar de manera inteligente, asegurando que todo esté al alcance y que haya la menor cantidad posible de muebles o electrodomésticos en medio del paso.
¿Cómo funciona la planificación de una cocina en L?
Como puedes imaginar, diseñar una cocina en L implica aprovechar de forma eficiente dos paredes, además de configurar un diseño que facilite el flujo de trabajo, agrupando las zonas funcionales en lugares estratégicos. Es decir: más allá de decidir en qué paredes colocar los muebles, la estufa o el refrigerador, es importante pensar en esta distribución tomando en cuenta tu rutina. Descubre cómo lograrlo:
1.Layout
Un diseño eficiente toma en cuenta la ubicación de las áreas funcionales dentro del espacio, promoviendo un flujo armonioso entre las tareas y permitiendo que el movimiento de una zona a otra se dé de forma fluida.
Por ejemplo, el área de preparación debe contar con una encimera amplia para cortar y manipular los alimentos, y debe ser de fácil acceso, preferiblemente cerca de la estufa.
2. Medidas
En la planificación de una cocina funcional, es crucial mantener espacios adecuados entre los electrodomésticos para asegurar una circulación cómoda. Por ejemplo, se recomienda dejar una distancia de 60 a 90 cm entre el refrigerador y la estufa, lo que te permite moverte con libertad sin chocar con objetos, puertas o manijas.
Además, la altura de las encimeras debe considerarse cuidadosamente: una encimera a la altura de los codos (generalmente entre 85 y 95 cm) puede ser ideal, ya que brinda comodidad y ayuda a evitar dolores de espalda o mala postura durante un uso prolongado.
3. Almacenamiento

El almacenamiento adecuado es uno de los pilares para tener una cocina funcional. Los gabinetes aéreos que llegan hasta el techo, por ejemplo, son una excelente forma de aprovechar al máximo el espacio vertical de la cocina, permitiendo guardar más cosas sin ocupar espacio en el piso. Además, usar bien las repisas internas te ayudará a acomodar diferentes utensilios de manera práctica.
Para el día a día, las repisas abiertas también son una buena opción, ya que ofrecen fácil acceso a los objetos que más se usan, como ollas, cubiertos y especias. En este caso, el tip es organizarlos de forma estratégica: coloca los más usados a la vista y deja los que usas menos en las partes de arriba.
4. Electrodomésticos
La colocación correcta de los electrodomésticos es clave para aprovechar al máximo el espacio en la cocina, y agruparlos por zonas específicas puede hacer que preparar los alimentos sea mucho más práctico.
Por ejemplo, el refrigerador debe estar cerca del área de preparación, mientras que la estufa debe quedar accesible desde la encimera donde se manipulan los ingredientes.
Esto reduce la distancia entre cada etapa del proceso, ayudando a ahorrar tiempo y esfuerzo.
5. Iluminacion
La iluminación es un aspecto que muchas veces se subestima, pero que impacta directamente en la funcionalidad de una cocina en L. Y es que un espacio bien iluminado no solo mejora la visibilidad, sino que también crea un ambiente mucho más acogedor y con estilo. Las lámparas de techo o los candiles, por ejemplo, pueden marcar la diferencia al darle personalidad y claridad al espacio.
Para mejorar la iluminación en zonas específicas de trabajo, las luces LED debajo de los gabinetes son una excelente opción. Ayudan a eliminar sombras y hacen que cocinar sea una actividad más segura y placentera.
6.Estilo y acabado

El estilo y el acabado de los materiales de la cocina son clave para lograr armonía con el resto de la casa. Elegir colores y texturas que se complementen, por ejemplo, puede ser la clave para crear un ambiente más coherente y agradable. También se pueden incorporar materiales que le den aún más personalidad al espacio, como:
- Madera
- Acero inoxidable
- Cerámica
Personalizando la cocina en L
Después de entender cómo organizar el diseño de tu espacio, también puede ser útil conocer algunos consejos que toman en cuenta tu estilo y las características del lugar para personalizarlo.
Aprovecha las barras
Las barras que se forman en las esquinas de una cocina en L son perfectas para añadir elementos decorativos y funcionales. Puedes colocar bancos o taburetes altos a lo largo de la barra, y así usarla como un espacio para desayunar o como una zona para convivir mientras cocinas.
Otra idea es crear una estación de café, usando la barra para colocar una cafetera, tazas y azucareros, por ejemplo. De esta forma, puedes tener un espacio dedicado para preparar tus bebidas de la mañana.
Organiza con estanterías abiertas
Si el espacio lo permite, aprovecha las paredes sobre las encimeras para instalar repisas abiertas o nichos. Como mencionamos antes, este paso no solo agrega espacio de almacenamiento, sino que también te permite exhibir elementos decorativos, como platos bonitos, libros de cocina o macetas con hierbas.
Paneles de corcho o magnéticos
Otra idea creativa para personalizar este modelo de cocina es cubrir la pared cercana a la barra o a la estufa con paneles de corcho o metal magnético.
Así podrás colocar recetas, notas, fotos o cualquier información importante, haciendo que tu cocina sea un espacio más personal e interactivo.
Elementos naturales
Para darle un toque más acogedor, puedes incorporar elementos naturales como plantas y flores, que aportan vida al ambiente. Coloca repisas cerca de la ventana, por ejemplo, y cultiva hierbas frescas.
También puedes elegir plantas que se adapten bien a interiores para decorar nichos, estantes y barras, como mencionamos a lo largo de este artículo.
Personalizar tu cocina en forma de “L” combina estilo y funcionalidad. Al convertirla en un espacio agradable y práctico, puedes adaptarla a tu manera y hacer que refleje tu personalidad.
En resumen, este diseño es una opción versátil y funcional que, con la planeación y decoración adecuadas, puede transformar el corazón de tu hogar. Desde la elección de los colores hasta el orden y la distribución de los electrodomésticos, cada detalle cuenta para lograr un espacio práctico y acogedor.
Si estás pensando en renovar tu cocina, considera los servicios de diseño de Madesa. ¡Estamos aquí para hacer realidad tu sueño, de forma personalizada y eficiente!